En esta última entrada les hablaré sobre algunos mitos y leyendas que posee Tingo Maria dentro de su tradición cultural:
- La bella durmiente:
Cuentan los antiguos pobladores que un joven llamado Cuynac, atravesando la
selva de Huánuco se encontró con una jovencita, quien era la princesa Nunash,
los dos llegaron a enamorarse, y construyeron una mansión cercana a Pachas, a
la cual le puso el nombre de Cuynash en honor de su amada. La pareja vivió
feliz por un tiempo rodeado de servidores y vasallos, pero esta felicidad
llegaría a durar muy poco.
Un día llegó el padre de la princesa Amaru convertido un monstruo en forma de
culebra. Cuynac con su hechicería, convirtió a la princesa en mariposa y él se
convirtió en piedra para no ser atacados por el monstruo. La princesa se valió
de su nuevo estado para ir a la selva a buscar ayuda, consiguiendo vencer al
monstruo.
La princesa logró retornar a su estado normal, pero Cuynac no pudo. Nunash, la princesa buscó al príncipe, y cansada de hacerlo se sentó en una piedra sin darse cuenta que ya había encontrado a su amado. Mientras ella dormía escuchó la voz del príncipe que le decía: “Amada ya no me busques los dioses han complacido mi deseo ahora soy solo una piedra destinada a permanecer en este estado para siempre, si tú me quieres todavía permanece a mi lado toda la vida en este cerro, y que en las noches de luna se note ante la mirada de la gente como mujer dormida”. La princesa aceptó la propuesta de su amado y quedó convertida en piedra, lo que hoy es la figura de la bella durmiente.
- El Chullachaqui
Según
la leyenda dice que el Chullachaqui se convierte en persona para engañar a su
víctima y hacerla perder en la espesa selva. Relatan que un día a horas de la
tarde un vecino del lugar llamado Juan Nicolás, después de haber bebido masato
fue a la chacra para ayudar a su padre quien se encontraba trabajando.
Yendo por la selva se encontró con una persona, quien él pensaba que era su
padre, y este supuesto padre le dijo: “he venido a esperarte! Vamos a la
chacra”, Juan un poco sorprendido fue tras él sin decir una sola palabra. Iban
por un camino ancho pero a medida que avanzaban el camino se hacía mas angosto.
En este trayecto se detuvieron y este le dijo: “Hasta aquí te he acompañado tú
te quedas y yo me voy”; y despareció del lugar riendo burlonamente. Juan
Nicolás se dio cuenta que se encontraba perdido en un enorme bosque y no sabía
cómo regresar, por más que buscó el camino a casa no lo encontró. Desesperado
empezó a caminar y pidiendo ayuda a gritos para que alguien le oyese y le
pudieran ayudar.
Al darse cuenta sus familiares que Juan no se encontraba en su casa ni en la
chacra, salieron a buscarlo inmediatamente. Después de cuatro días de búsqueda
lo encontraron, pero Juan Nicolás había perdido la razón, en su casa comenzaron
a curarlo sin conseguir mejoría. Entonces decidieron llevarlo a un curandero.
Conjuntamente con el sacristán, el cantor de la iglesia y sus familiares se
fueron al lugar a donde lo habían encontrado, prendiendo velas y llamando a su
espíritu regresaban a la casa sin mirar hacia tras.
Cuando llegaron encontraron a Juan Nicolás profundamente dormido y
comenzaron a llamarle. Después de un largo rato y un profundo suspiro Juan
Nicolás despertó completamente sano y salvo del hechizo del Chullachaqui. El
tunchi es el espíritu que sale en las noches ya sea en las chacras, en
los caminos o en las calles. Se dice que este sale cuando alguien se va a morir
o es un alma en pena.
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